Un Guiño que fue Fusion Raimundo Amador




Raimundo Amador en el Pabellon e Marruecos (Sevilla)





Un Guiño Que Fue Fusion
Dentro de la semana de puertas abiertas que está celebrando el pabellón de Marruecos de la Isla de la Cartuja, el pasado viernes tuvo lugar el concierto Guiño a Marruecos que, ofrecido por Raimundo Amador, contó con algunos artistas invitados del país vecino. La Fundacion Tres Culturas continuará celebrando el vigésimo aniversario de la Expo’92 hasta mañana martes.
El concierto, con todo el papel vendido, no defraudó a un público que abarrotó los jardines andalusíes del precioso edificio y que en los bises ya no pudo aguantar sentado.

Después de más de dos horas de música el respetable se puso en pie y se acercó, más si cabe, al escenario donde jalearon cada una de las notas que salían de la guitarra de Raimundo.

Todo comenzó con el de las Tres Mil Viviendas acompañado de Lin Cortés, guitarra y voz, su hija Carmen, voz y coros y su hijo Raimundo, percusiones. Amador fue desgranado temas clásicos de su discografía antes de invitar a subir al escenario a Little Boy Kike, Paco Martínez y Luis Martínez para interpretar un espectacular blues. En un momento dado Raimundo llamó al escenario a una de sus nietas, Antonia, que con sólo ocho años de edad cantó magistralmente el famoso tema de Antonio flores No Dudaría, haciendo las delicias de un público más que entregado a la voz de la pequeña, todo esto antes de que subieran al escenario los hermanos Kourrich, Faiçal al violín y Redouane, voz.
La mezcla resultó de lo más interesante y la música marroquí se fusionó con el flamenco y con el rock que lleva dentro Raimundo.

Especialmente sorprendente resulto oír parte de la letra de Camarón o Gitano de temporá en marroquí.

Los sonidos, elegantes y muy bien acompasados que emitía el violín de Faiçal, se entremezclaban con los que salían de las guitarras de Raimundo y Lin complementándose perfectamente con la voz de Redouane.
La temperatura subía tanto dentro del escenario como en la platea y el público, cada vez más, se involucraba en esta fusión, que resultó de lo más gratificante.
El concierto acabó, pero la gente no dejaba irse a los artistas, que con gran generosidad iban a regalar unos cuantos bises, ya con elpúblico totalmente entregado y participando en los estribillos, especialmente en el tema Bollere, uno de los más famosos dentro del repertorio de Raimundo Amador.
Antes, la pequeña Antonia no pudo resistir la tentación de volver a subir al escenario. Ésta vez fue para bailar una danza del vientre que volvió locos a la mayoría de los presentes que la jalearon sin descanso.
Después, para poner broche de oro a una emocionante noche, tuvo lugar el clásico fin de fiesta flamenco donde no falto la “pataita” de Raimundo y el baile, elegante y poderoso de Carmen.
En un marco espectacular los músicos se retiraron a camerinos emocionados y satisfechos por la labor cumplida. La magia de la música volvió a unir a diferentes culturas.  Sevilla y Marruecos pusieron todo de su parte para que todo transcurriera por los cauces del respeto y la comunicación entre personas de diferente nacionalidad, religión y cultura. Todo un ejemplo de convivencia pacífica y enriquecedora. 

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