Convertirse en Delincuente
en las playas de Cádiz (1)
Les voy a contar una historia rocambolesca, injusta y surrealista, pero tristemente real.
A cualquiera de nosotros, después de
estar todo un año trabajando, o buscando un trabajo. Después de pagarle el
tributo, en forma de impuestos desmedidos y abusivos, a nuestros gobernantes y
después de meses leyendo en los periódicos como nuestros políticos corruptos se
llenan los bolsillos con nuestro dinero, por fin nos llegan las vacaciones o
simplemente un fin de semana para disfrutar de la playa, el sol y un buen rato
entre amigos o familiares.
Hablamos con nuestra mujer, o novia y
le comentamos que no estaría mal acercarnos a alguna playa a pasar unos días.
Todo parece normal, agradable y legal. Pero llegas a la playa, te das un paseo,
un pequeño baño en el mar y tomas el sol para secarte y disfrutar de la
temperatura y las vistas. La boca se te reseca y decides ir al chiringuito a
tomarte un par de tintos de verano, es entonces, cuando amigo mío, te has
convertido en un delincuente.
Son las cinco de la tarde y decides
ir a dormir una pequeña siesta a la casita que has alquilado o al camping donde
tienes tu tienda montada y sorpresa, La guardia Civil, que por su nombre debería
guardar a los civiles, te está esperando en la única salida que tiene esa playa,
son las cinco de la tarde, repito, y el agente te da la orden de parar y te dice.
Buenas tardes esto es un control de alcoholemia.
Tú le dices, pero señor agente vengo
de la playa con mi mujer y me he tomado dos tintos de verano, es eso un pecado?
El agente responde, yo solo cumplo órdenes, sople usted aquí.
Te acabas de convertir en un delincuente,
te quitan ochocientos euros de tu maltrecha cuenta corriente y te quedas un año
sin poder conducir.
Por real no deja de ser injusta y
desmedida la historia. Una historia que se repite día tras día en playas como
Los Caños de Meca, El Palmar, Conil o Zahara de los Atunes, por nombrar solo
algunas.
Porque esta zona es castigada desde
hace algunos años de una forma brutal? Porque en otros lugares no ocurre? Que
intereses mueven a las autoridades a castigar este bello enclave? Porque están obligando
a los propietarios de negocios en estas zonas a cerrar porque la afluencia de público
baja año tras año?
Asistimos impotentes al espectáculo bochornoso
de ver como miles de adolescentes se emborrachan sentados en un bordillo y
dejando toneladas de basura en plena calle, sin que nadie les moleste y vemos
como empresarios que crean puestos de trabajo son maltratados por las
autoridades.
Es necesario un cambio en la forma de
aplicar la ley. El sentido común, ese sentido en vías de extinción en la cabeza
de nuestros dirigentes, debería aflorar para que, de una vez por todas, la
justicia fuera justa.
Nico Salas
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