Vergüenza Nacional. El Teatro se muere

Carlos Olalla
La indignación de los profesionales del teatro, y las artes escénicas en general, es manifiesta, pero a veces se encuentra uno con testimonios desgarradores que me  hacen pensar, aun mas, en la negligencia sistemática que sufren los sectores culturales en este país. Que algunos llaman España.
Carlos Olalla, actor español,  publicó hace pocas fechas un  duro y realista escrito en su página oficial de Facebook, anunciando su retirada momentánea de los escenarios.
 Han sido más de 6000 personas las que han clicado el famoso “Me Gusta” de esa publicación y casi 5000 los que han compartido en sus propios muros el doloroso artículo. Estos guarismos suben a cada minuto, por lo que serán muchos más, en los próximos días, los que se solidaricen con Olalla y por tanto con el colectivo de actores, actrices y todos los que de alguna forma trabajan en este sector.
Evidentemente a nuestros gobernantes se la trae al pairo que un sector como el del teatro viva en la situación insostenible en la que “sobreviven”.  Por decirlo de alguna manera, trabajando prácticamente gratis, pero eso sí, tributando el 21% de cada entrada para engordar las arcas de hacienda.
Para hacer públicos testimonios como este hay que estar muy harto del puñetero sistema, en el que nos tienen esclavizados, y de los continuos y generalizados desprecios de los políticos españoles hacia todo lo que huela a cultura.
Transcribo el texto porque se puede decir más alto, incluso puede gritarse a los cuatro vientos, pero difícilmente se podrá expresar más claramente.
Nico Salas


“SE ACABÓ. ME BAJO DEL ESCENARIO.”
 “Amo al teatro por encima de todo. Por eso la de esta noche en el Alfil ha sido mi última representación. Hace dos años gané el premio de periodismo cultural Paco Rabal con un artículo titulado "El teatro es un acto de resistencia". En él defendía que hacer e ir al teatro era un acto de resistencia ante el genocidio de la cultura que practica este gobierno. Hoy, harto de trabajar en los escenarios en condiciones esclavistas, sin cobrar un duro y dependiendo de qué amigos o familiares vengan a verte porque las salas no pueden invertir en promoción, he entendido que me equivocaba. Seguir trabajando en estas condiciones es hacerle el juego a un gobierno que criminaliza la cultura. Nosotros, trabajando sin cobrar, estamos escondiendo la realidad del sector. Ha sido nuestro trabajo no remunerado durante todo este tiempo el que ha hecho que muchas salas permanezcan abiertas. Pero el teatro es una profesión, y como tal debe ser remunerada. El público no es consciente de la realidad de nuestro sector, con un paro superior al 90%, una precariedad laboral del 98% y una retribución por hora en las salas de teatro alternativas que, en el mejor de los casos, no alcanza los 50 céntimos la hora. Y nosotros, con alfombras rojas o manteniendo abiertas salas alternativas gracias a nuestro trabajo esclavo, estamos contribuyendo a ello. Por eso, porque amo tanto el teatro, no volveré a subir profesionalmente a un escenario hasta que bajen el IVA. Solo me veréis en funciones benéficas apoyando las causas en las que creo, pero no a un gobierno que desprecia, persigue y criminaliza la cultura.”
Carlos Olalla

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