Cuba Iluminada, de Héctor Garrido

La exposición puede visitarse en la Galería Antiqvuarivm, desde el 5 al 27 de noviembre de 2020
Nico Salas






 Durante los últimos diez años el fotógrafo onubense Héctor Garrido ha retratado a más de 250 personas fundamentales del arte y la cultura de Cuba. Son los iluminados de un país que ha hecho de la cultura y el arte una de sus señas de identidad. Cuba Iluminada es un recorrido en primera persona por los rostros que esconden las pasiones y los desgarros que quedan plasmados en los cuadros, en los libros, en las músicas y en el cine de la Cuba de hoy.

La exposición Cuba Iluminada llega a Sevilla después de un largo itinerario que la ha llevado a visitar, entre otras ciudades, La Habana, Madrid, Huelva, Bilbao y la mayoría de las capitales de provincia de Cuba. Durante ese viaje, el autor ha querido ir despojando a la exposición de todos los elementos superfluos y pesados que la mostraban como una obra acabada y cerrada. Así, para reivindicar su carácter inacabado, su alma de “work in progress”, a partir de su exhibición en Madrid decidió eliminar el enmarcado, los vidrios y el paspartús y dejar las fotografías exentas de todo adorno, tal y como aparecen en el momento de haber sido concebidas. Y es así como la exposición desembarca ahora en Sevilla, en la Galería Antiqvuarivm, donde permanecerá desde el 5 al 27 de noviembre de 2020.

Cuba Iluminada es también un libro catálogo, publicado por la Editorial Rueda (Madrid), donde se recogen los retratos realizados en los primeros siete años del proyecto. Desde entonces, Héctor Garrido ha seguido creando esos “retratos con vistas al interior”, como le gusta llamarlos. Cuba Iluminada, en palabras de Héctor Garrido “es uno de los proyectos que más me ha influenciado, quizá porque buscando en el interior de las personas que posaban para mí, he acabado removiendo, desordenando completamente mi propio interior”. Fruto de estos años de proyecto, Garrido terminó recogiendo su equipaje para mudarse a vivir a La Habana, donde ha residido de forma permanente durante los últimos años. Dejaba tras de sí más de un cuarto de siglo en Doñana, dedicado a la fotografía y la naturaleza y habitando, como un moderno Robinsón, dentro de la Reserva Biológica de Doñana, en la aislada casa de Martinazo: “aislada de las perturbaciones y de la velocidad del mundo sin sentido en que vivimos. Martinazo fue más que un hogar. Para mi representa el crecimiento íntimo, mi madurez como persona y mi apertura como artista. Después de 25 años, el día que cerré la puerta del lugar donde más tiempo he vivido, sentí, no sin dolor, que había cerrado un ciclo necesario y que comenzaba un camino en el que, desde entonces, pisaría de otra manera. Como realmente ha sido desde entonces.”

Las fotografías de Héctor Garrido se hicieron muy conocidas a partir de su colaboración en la película de Alberto Rodríguez “La Isla Mínima” (2014) donde creaban un ambiente mágico bajo los títulos de crédito del arranque de la narración. Eran parte de otro de los grandes trabajos de Héctor Garrido: la fotografía aérea. Durante casi treinta años ha estado sobrevolando en compañía de su amigo y piloto Hans Nerlinger los paisajes más singulares para convertirlos en todo un abecedario sobre la gramática con la que se expresa la naturaleza. La búsqueda ha sido el uso de la geometría como lenguaje y, más concretamente, la geometría fractal: un pilar para entender toda su trayectoria. Cuatro de sus libros de fotografía están dedicados a esta forma de expresión que para Garrido es “el lenguaje con que se expresa la naturaleza, la gramática con que se construye todo lo que no es de origen artificial. Es por eso que visualmente son tan parecidos la hoja de un árbol y una cárcava excavada por la lluvia, nuestro sistema neuronal y las raíces de un árbol”.

Entre los fotografiados en esta selección se encuentran músicos como Chucho Valdés, Silvio Rodríguez o Pablo Milanés; entre los escritores, Leonardo Padura, Pedro Juan Gutiérrez o Carilda Oliver; entre los bailarines Alicia Alonso, Carlos Acosta o Viengsay Valdés; entre los pintores, Fabelo, Sosabravo o Rancaño; y entre los atletas, Javier Sotomayor, Félix Savón o Ana Fidelia Quirot. En fin, todo un universo de rostros imprescindibles para comprender toda la profundidad y la singularidad del arte y la cultura de un país tan cercano, a pesar de la distancia,

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