«EL VENENO ESTÁ SERVIDO», EL ABC DE HUELGA Y NICOLÁS SALAS EN EL GOBIERNO
CIVIL.
Una de las primeras visitas que recibe en su despacho es la del director de
ABC de Sevilla, Nicolás Jesús Salas. Un artículo suyo el día ante
titulado “El veneno está servido”, en su sección habitual “Sin
rodeos”, dio pábulo a numerosas interpretaciones que le situaban en canales de
información privilegiada del entorno golpista. Era un artículo muy pesimista,
de alguien con capacidad de análisis y desde luego bien informado sobre el
malestar reinante en el ámbito castrense, y donde se intuían posibles
desgracias para el sistema democrático español. Aquel artículo trajo mucha cola
después. A los pocos días del golpe, un acaudalado terrateniente sevillano de
la extrema derecha, se presentó en el juzgado con el texto del artículo
denunciando a su autor, el juez nunca llamó a Salas a declarar. El periodista
Román Orozco, flamante director de Diario16 Andalucía en 1981, quiso polemizar
con ABC y atacó a su director al que tachó de “golpista” en un editorial a
cuenta de “El veneno está servido”. Comenzó entonces un largo proceso
judicial dándole la razón a Salas el Supremo, once años después, y condenando a
Orozco a indemnizar al calumniado. (Dinero que fue a parar a la Orden de San
Juan de Dios).
“Ya me dirás, afirma Nicolás Salas, para qué sirvió tener razón
once años después. Justicia lenta, es injusticia. No lo volvería a repetir y
hubiera sido mejor defenderme desde ABC, como me autorizó Guillermo Luca de
Tena, con toda la artillería que poseía sobre tan despreciable individuo.
Ahora, como sabes, es un protegido de PRISA en todos sus medios, incluida la
SER, donde pontifica en las tertulias siempre a favor del PSOE”.
Salas, aquella tarde del 23-F, se enfrentaba no solo a un golpe de Estado,
también al histórico ejemplar que debería sacar ABC de Sevilla al día siguiente
y con un comité de huelga que se negaba a sacar el periódico del día 24. El
propio Nicolás Salas cuenta así su entrevista con Sanz Pastor aquella noche:
“Fue entonces cuando decidí ir al Gobierno Civil para hablar con José María
Sanz-Pastor Mellado, y tratar de conocer la situación e informarle de que ABC
no saldría al día siguiente. Cuando llegué hasta la mesa del despacho del
gobernador civil, éste estaba hablando por teléfono con su homónimo de
Valencia, y las noticias que recibía le tenían sobrecogido. «Los tanques están
en las calles de Valencia», me dijo con voz tenue nada más acercarme a su mesa,
sobre la que observé una pistola del nueve corto. Cuando colgó el teléfono me
dijo que había llamado al Ministerio para conocer detalles, y que en Madrid
tampoco sabían nada en concreto, pero que estaba en espera de recibir
instrucciones. Entonces le pregunté por el control de las emisoras de radio de
Sevilla, recordándole que en 1936 fue Unión Radio Sevilla el soporte eficaz
para el triunfo del alzamiento militar.
Su respuesta fue descolgar el teléfono y llamar al jefe superior de Policía
para ordenarle que todas las emisoras locales fueran custodiadas para evitar que
pudieran ser utilizadas por personas ajenas a las empresas.
Cuando supo que ABC estaba en huelga y no saldría al día siguiente, me dijo
con voz tajante: «Pues si no sale ABC estarás colaborando con quienes ha
asaltado el Congreso y darás sensación de anormalidad y desorden. Así que irás
a la cárcel». Enseguida comprendió que yo no tenía nada que ver con la huelga y
que necesitaba ayuda para sacar el periódico a la calle. Dio orden para que la
Policía Nacional custodiara la sede del periódico y a quienes decidieran
trabajar. Poco después, cuando regresé al periódico, encontré a todo el
personal de Redacción, Administración y Talleres trabajando por voluntad propia
e ignorando el mandato de huelga”
El gobernador mientras despliega una inusitada actividad de contactos
telefónicos, recibe la llamada del Capitán General del Aire, el teniente
General Fernando de Querol Müller, que se encuentra en Madrid
atendiendo a su anciana madre hospitalizada y con cierta gravedad. El general
le ofrece al gobernador su despacho y su Cuartel General en el Aeródromo de
Tablada, por si considera arriesgado permanecer tan cerca de la otra Capitanía.
A lo que responde Sanz Pastor que “muchas gracias, pero no creo que
haga falta mi general, los vecinos están tranquilos según me ha dicho el
general Urrutia”. También le llama “Títo Lloveres”, el Almirante Alberto
Lloveres, Capitán General de la Zona Marítima del Estrecho en San Fernando
quien le ofrece ayuda y protección en nombre de la Marina.
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