El 23 F y Nicolás Salas

Portada de ABC del 24 de febrero de 1981.

El periodista y escritor Nicolas Salas, siendo director del periódico,  publicó el día antes del Golpe de Estado un artículo en ABC de Sevilla en su recuadro habitual, "Sin Rodeos", en el que planteaba una serie de circunstancias que se estaban viviendo en la España de la época. 

No contentó a nadie, quizá por decir la verdad. Sufrió denuncias y querellas desde la derecha y la izquierda. Una de estas querellas estuvo activa en los juzgados de Sevilla hasta 11 años, siendo la sentencia definitiva favorable al periodista y la cuantía de la indemnización cedida a la Orden de San Juan de Dios de Sevilla.

Siempre pensé que si desde la derecha y la izquierda un profesional de la comunicación es atacado ferozmente es porque está en el camino recto, de la verdad y de la honestidad profesional.

Nico Salas

Este es el artículo.

Y este el comentario que hace el prestigioso periodista Pepe Fernández en su Blog, Confidencial Andaluz.

«EL VENENO ESTÁ SERVIDO», EL ABC DE HUELGA Y NICOLÁS SALAS EN EL GOBIERNO CIVIL.

Una de las primeras visitas que recibe en su despacho es la del director de ABC de Sevilla, Nicolás Jesús Salas. Un artículo suyo el día ante titulado “El veneno está servido”, en su sección habitual “Sin rodeos”, dio pábulo a numerosas interpretaciones que le situaban en canales de información privilegiada del entorno golpista. Era un artículo muy pesimista, de alguien con capacidad de análisis y desde luego bien informado sobre el malestar reinante en el ámbito castrense, y donde se intuían posibles desgracias para el sistema democrático español. Aquel artículo trajo mucha cola después. A los pocos días del golpe, un acaudalado terrateniente sevillano de la extrema derecha, se presentó en el juzgado con el texto del artículo denunciando a su autor, el juez nunca llamó a Salas a declarar. El periodista Román Orozco, flamante director de Diario16 Andalucía en 1981, quiso polemizar con ABC y atacó a su director al que tachó de “golpista” en un editorial a cuenta de “El veneno está servido”. Comenzó entonces un largo proceso judicial dándole la razón a Salas el Supremo, once años después, y condenando a Orozco a indemnizar al calumniado. (Dinero que fue a parar a la Orden de San Juan de Dios).

Ya me dirás, afirma Nicolás Salas, para qué sirvió tener razón once años después. Justicia lenta, es injusticia. No lo volvería a repetir y hubiera sido mejor defenderme desde ABC, como me autorizó Guillermo Luca de Tena, con toda la artillería que poseía sobre tan despreciable individuo. Ahora, como sabes, es un protegido de PRISA en todos sus medios, incluida la SER, donde pontifica en las tertulias siempre a favor del PSOE”.

Salas, aquella tarde del 23-F, se enfrentaba no solo a un golpe de Estado, también al histórico ejemplar que debería sacar ABC de Sevilla al día siguiente y con un comité de huelga que se negaba a sacar el periódico del día 24. El propio Nicolás Salas cuenta así su entrevista con Sanz Pastor aquella noche:

“Fue entonces cuando decidí ir al Gobierno Civil para hablar con José María Sanz-Pastor Mellado, y tratar de conocer la situación e informarle de que ABC no saldría al día siguiente. Cuando llegué hasta la mesa del despacho del gobernador civil, éste estaba hablando por teléfono con su homónimo de Valencia, y las noticias que recibía le tenían sobrecogido. «Los tanques están en las calles de Valencia», me dijo con voz tenue nada más acercarme a su mesa, sobre la que observé una pistola del nueve corto. Cuando colgó el teléfono me dijo que había llamado al Ministerio para conocer detalles, y que en Madrid tampoco sabían nada en concreto, pero que estaba en espera de recibir instrucciones. Entonces le pregunté por el control de las emisoras de radio de Sevilla, recordándole que en 1936 fue Unión Radio Sevilla el soporte eficaz para el triunfo del alzamiento militar.

Su respuesta fue descolgar el teléfono y llamar al jefe superior de Policía para ordenarle que todas las emisoras locales fueran custodiadas para evitar que pudieran ser utilizadas por personas ajenas a las empresas.

Cuando supo que ABC estaba en huelga y no saldría al día siguiente, me dijo con voz tajante: «Pues si no sale ABC estarás colaborando con quienes ha asaltado el Congreso y darás sensación de anormalidad y desorden. Así que irás a la cárcel». Enseguida comprendió que yo no tenía nada que ver con la huelga y que necesitaba ayuda para sacar el periódico a la calle. Dio orden para que la Policía Nacional custodiara la sede del periódico y a quienes decidieran trabajar. Poco después, cuando regresé al periódico, encontré a todo el personal de Redacción, Administración y Talleres trabajando por voluntad propia e ignorando el mandato de huelga”

 

 El gobernador mientras despliega una inusitada actividad de contactos telefónicos, recibe la llamada del Capitán General del Aire, el teniente General Fernando de Querol Müller, que se encuentra en Madrid atendiendo a su anciana madre hospitalizada y con cierta gravedad. El general le ofrece al gobernador su despacho y su Cuartel General en el Aeródromo de Tablada, por si considera arriesgado permanecer tan cerca de la otra Capitanía.

A lo que responde Sanz Pastor que “muchas gracias, pero no creo que haga falta mi general, los vecinos están tranquilos según me ha dicho el general Urrutia”. También le llama “Títo Lloveres”, el Almirante Alberto Lloveres, Capitán General de la Zona Marítima del Estrecho en San Fernando quien le ofrece ayuda y protección en nombre de la Marina.





 

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